A diferencia del compuesto psicoactivo tetrahidrocannabinol (comúnmente conocido como THC), el CBD no sólo activa los receptores CB1 y CB2, sino que también interactúa con muchos otros sistemas de señalización no endocannabinoide tales como canales de iones y enzimas.
El CBD interactúa con casi todos los sistemas de órganos principales en el cuerpo a través del sistema endocannabinoide, afectando varios procesos para ayudar a restaurar el equilibrio normal y la homeostasis fisiológica.
Esto explica su potencial terapéutico y amplio alcance de aplicaciones médicas para pacientes que buscan efectos antiinflamatorios, ansiolíticos, analgésicos, antiepilépticos, anti-náuseas, neuroprotectores y antioxidantes.